Raúl Sendic fue una figura de primer orden tanto en la fundación como en el devenir de los tupamaros. Hombre de campo, formado en la ciudad, empezó muy pronto su militancia en la Federación de Estudiantes Universitarios y en el Partido Socialista, del cual llegó a formar parte de su dirección. Su intensa actividad política le impidió acabar su carrera de abogado, por lo cual ejerció como procurador en la defensa de los cañeros, cortadores de caña de Bella Unión, con los cuales vivió y acabó combatiendo en su lucha contra el latifundio y por el reparto de la tierra. En sus dos años de investigación, el periodista Samuel Blixen, que fue militante tupamaro y conoció personalmente a Sendic, reconstruye su figura que con su calidad humana y política contribuyó decisivamente a que en el nacimiento del MLN convergieran sectores sociales muy diversos, desde organizaciones estudiantiles, campesinas y barriales hasta socialistas, libertarios y marxistas no encuadrados en el Partido Comunista. En estas páginas Blixen reconstruye el andar de Sendic con su columna guerrillera en los montes y cañadas del norte de Uruguay, su participación en los vivos debates políticos de la clandestinidad, su entrada en cuarteles militares para entablar negociaciones, su salida de los mismos para proseguir con la lucha armada; y también sus trece años de détención en condiciones extremas, en calidad de rehén, así como su salida de la cárcel tras la que continúa con su actividad política. Tras su muerte en París, en 1989, su sepelio se convirtió en la más masiva manifestación popular de dolor jamás conocida en Uruguay.